El aceite de pescado es una fuente natural de ácidos grasos poliinsaturados como omega-3 de cadena larga, incluidos DHA y EPA. Los ácidos grasos polinsaturados se consideran nutrientes esenciales porque el cuerpo humano no puede fabricarlos en cantidades apreciables.
Cuando entrenamos sufrimos un daño micro estructural; una de las respuestas naturales, es la inflamación dentro del músculo que promueve adaptaciones que fortalecen el músculo y lo hacen más resistente a las lesiones. Aunque algo de inflamación puede ser esencial para la adaptación normal al entrenamiento, demasiada inflamación puede afectar o retrasar la capacidad del músculo para recuperarse después del ejercicio. Se sabe que los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias. DHA y EPA disminuyen la expresión de citocinas inflamatorias por parte de los leucocitos y también dan lugar a una familia de mediadores antiinflamatorios llamados resolvinas. Omega 3, también tiene un impacto importante disminuyendo el nivel de triglicéridos y el riesgo cardiovascular.
Lo ideal es obtener OMEGA 3 de los alimentos, pero cuando no sea posible, consumir 2 a 3 gramos de aceite de pescado diarios, se vuelve necesario.
2 capsulas de OMEGA 3 con el almuerzo es una buena opción.
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